RESPIRA I

“Se puede vivir dos meses sin comida y dos semanas sin agua, pero sólo se puede vivir unos minutos sin aire” (Maestro Hung Yi-Hsiang).

Cada minuto respiramos entre 10 y 15 veces.

Cada día desplazamos aire, de un lado a otro, como para inflar varios miles de globos.

Solo una quinta parte del aire que respiramos es oxígeno.

Y lo necesitan todas las células del organismo para poder vivir.

Algunas, por ejemplo las células del cerebro, mueren y no son sustituidas si les falta oxígeno por unos pocos minutos.

Nuestra capacidad de inspiración y oxigenación se ve acortada por el ritmo de vida que llevamos. Así, respiramos muy rápido y casi entrecortado, poniendo toda la presión en la zona clavicular y olvidándonos de la zona baja o abdominal.

 

Respiración consciente.

La respiración consciente es nuestra primera y principal herramienta para la recuperación y el mantenimiento de la salud.

Es la única función del cuerpo que escapa a la clasificación de voluntario o involuntario ya que puede funcionar de las dos maneras.

Todos los sistemas se alimentan del oxígeno.

Este entra por los alvéolos pulmonares y se distribuye a través del torrente sanguíneo.

Si prestamos atención a como respiramos descubriremos que solo usamos una parte muy pequeña de nuestra capacidad pulmonar, y que dicha respiración tiene una tendencia a usar solo el tercio superior de los pulmones, al nivel de las clavículas.

En los momentos de stress, tensión o ansiedad solemos respirar entrecortado, de manera agitada y con inspiraciones muy cortas. Esto además demanda un doble esfuerzo para el corazón,  que tiene que bombear más rápido para llevar la misma cantidad de oxígeno a la sangre que si usáramos toda nuestra capacidad pulmonar.

Una respiración diafragmática, es decir lo que en Yoga se llama “Respiración Profunda”, ocupando toda la superficie que los pulmones nos permiten, es tres veces más efectiva que una respiración alta o clavicular.

Quiere decir que al respirar mal todos los sistemas se ven afectados en su calidad de funcionamiento. Y cuando decimos todos, ¡son todos!.

¿Por qué no aprender a hacer lo contrario?

 

ESTAS SON ALGUNAS DE LAS HERRAMIENTAS CON LAS QUE PODEMOS TRABAJAR JUNTOS.
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