¿De qué está compuesto el aire, además de oxígeno?
Dijimos antes que todos nuestros sistemas tienen como primer alimento el oxígeno que entra a través de los pulmones. Y que su absorción depende de la forma en que respiramos.
Al tener una respiración muy corta, producto de nuestro estilo de vida, no usamos toda nuestra capacidad pulmonar, disminuyendo la calidad de todas nuestras células.
¿Ahora qué pasa con ese “aire” que entra? Porque el aire no solo transporta oxígeno y nitrógeno, existe algo más. ¿Qué pasa cuando aspiramos el aroma de una rosa?
Adentro de ese “aire” que olemos existen componentes bioactivos que llegan a nuestro cerebro a través de sensibles receptores dentro de la nariz.
Dentro de esos componentes el más importante es lo que los orientales llaman ki o chi. Una carga eléctrica compuesta por iones negativos y positivos.
Estos suelen estar presentes en diferente proporción de acuerdo a la calidad del aire.
Los iones positivos atraen y neutralizan a los iones negativos, privando al aire de su vitalidad.
Así en el aire de campo o la montaña la relación suele ser de tres a uno, ganando los iones negativos, mientras que en medio de una ciudad donde el aire está contaminado, la relación se invierte de manera significativa en quinientos positivos a un solo ion negativo.
Contrario a lo que parece los iones “buenos” son los negativos.
El aire acondicionado y la calefacción eliminan los iones negativos. El smog, el polvo y la suciedad también.
Por eso es tan vivificante el contacto con la naturaleza porque nos nutrimos de aire puro cargado de los necesarios iones negativos para que nos llenen de energía y restablezcan el equilibrio interno.
Mientras estemos privados de esos espacios podemos practicar ejercicios de respiración “limpiadora” para desintoxicar nuestros pulmones y favorecen la absorción del aire que nos rodea.
Vera.
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